lunes, 27 de octubre de 2008
Mapas
Siempre habrá en la humanidad una necesidad por cartografiar todo
aquello con lo que se encuentre y a lo que tenga acceso. El mapa puede considerarse como
una proyección mental que, traducida a través del dibujo, pretende
mostrarnos como es el mundo. Esta "manera" no es solo grafica, si no que también esta atravesada por la
manera como sentimos el mundo, como sentimos el espacio, como nos
movemos en el, como lo entendemos, como nos relacionamos con este; El mapa es una herramienta de difusión de pensamiento para lo que al estado concierne, pues desde el comienzo de su producción a servido a todos los
fines políticos imaginables. Hacer un mapa es un acto político en si mismo.
Determinar la manera como se desarrollara y como percibirá un
determinado espacio territorial un sujeto cualquiera por medio de
dichos mapas, otorga una responsabilidad y un poder sobre dichos
individuos más allá del simple acto de revelarle lo que hay más allá
de lo que percibe. El mapa puede determinar no solo las distancias
físicas, si no también las distancias entre los pueblos. Una comunidad
podría llegar a ver a su vecino como foráneo según la información que
se halla condensado en los mapas con los que tengan relación. El mapa
siempre ha sido una herramienta ampliamente usada y hasta cierto punto difundida por diversos estados entre sus comunidades, puesto que el comercio desde la
antigüedad dependía ampliamente de estos. Y, aunque inicialmente eran
artículos costosos y sofisticados, generalmente se podría acceder a
uno si se necesitaba. Todos los ejércitos de la historia han hecho uso
de mapas para identificar a un enemigo y destruirlo.
El mapa es una herramienta de valor incalculable. A través de el
pueden generarse conflictos o empatias entre distintas facciones sin
que se halla producido previamente ninguna relación real entre estas.
Un determinado gobierno puede decidir si sus gobernados se relacionan
o no con un determinado grupo, o si deben llevar a cabo alguna otra
acción con dicha gente. Pueblos e individuos que jamás habían tenido
relación alguna entre si, y que no tenían necesidad alguna por luchar
entre ellos han llegado a niveles de beligerancia extremas; Las
cruzadas hicieron que campesinos europeos que nunca hubiesen soñado con ver la
costa mediterránea de Israel terminaran atacando aldeas musulmanas de
las que no conocían absolutamente nada. Fue un poder mayor que tenia
acceso al inconmensurable potencial de los mapas, sus códigos y la información con la que estan imbuidos la que decidió quien
debía vivir o morir y quien debía terminar dicho trabajo. A través del
mapa se puede llegar a controlar, en el terreno de lo político,
cualquier cosa. Hoy en día gracias a Internet y los medios de distribución
de información masificados sigue siendo perfectamente posible
determinar la verdad más conveniente y construir realidades alternas a
partir del mapa. La propaganda de estado que se vivió en la segunda
guerra mundial con tanta evidencia y eficacia sigue siendo posible, y
a través del mapa sus sutiles influjos en las mentes de las personas
siguen siendo palpables y duraderos.
La transformación de una idea puramente mental, que se genera a partir
de nuestra experiencia de recorrido y vivencia con un cierto lugar que
habitamos, en una imagen proyectada en un plano bidimensional es una
manifestación estética. Determina por medios visuales una política viva, una determinación directa de nuestra
manera de relacionarnos con nuestro entorno y con los demás
individuos. El mapa a la par de una herramienta de diversas índoles, puede ser a su
vez una herramienta artística.
La construcción de un mapa implica la estratificación de una cierta información, y su correspondiente sistematización para que así, pueda ser leído y comprendido bajo un análisis no muy complicado. Este proceso es similar a la labor de producir un texto, y tal como sucede con la elaboración de textos, con los mapas hay distintas maneras de concluir el trabajo, distintas vías, distintas estructuras a seguir. Tal como sucede con el texto, el mapa puede asumir la configuración rizomatica propuesta por Deleuze y Guattari, y transformar la simbología usada para proyectar la idea de un territorio, en unidades de información dispuestos a ser ensamblados o dislocados de maneras diversas según requiera cada caso. El mapa se convierte así en una herramienta de composición de ideas, a la par de sus otras cualidades; Sobre todo la de herramienta política.
El mapa como herramienta de disposición de una cierta cantidad de información dispone de un infinito número de posibilidades, en cuanto el asumirlos ejes multidimensionales, es decir, rizomas, pues son innumerables las posibilidades de articulación a la hora de mapear recorridos, o producir mapas a partir de otras experiencias que lo permitan. Sin embargo, su riqueza visual solo es equiparable a la fuerza discursiva que entrañan: La posibilidad de elaborar nuestros propios mapas a partir de nuestras propias vivencias, desde nuestras propias perspectivas y según nuestros propios intereses –y caprichos- hacen del mapa como rizoma un manifiesto político, la no posibilidad de agentes externos –generalmente institucionalizados- de determinar nuestra realidad, o la simple manifestación de la voluntad propia de resolver la espacialidad de nuestro cotidiano, o cualquier otro problema referente al lugar, mapa, y sus contenidos. Una memoria propia que, aunque individual, puede en realidad conectarse con otras y generar un espacio de la memoria, tanto del sujeto como colectiva.
Dislocar el recorrido de un punto a otro a través de la ciudad, además, es importante en el sentido de manifestar en nuestra propia vivencia activa la experiencia artística. El arte y existencia ligadas e interrelacionadas para conformar un único dispositivo discursivo, político y artístico; Dislocar el espacio tal cual se nos muestra –o tal cual se pretende enseñarnos como es- entraña la autonomía de desobedecer, o incluso transgredir viejos márgenes que permean la sociedad y sus procesos.
Seria pues el mapa como manifiesto político, distribución de la realidad tal cual deseemos asumirla, en un único acto político. Asumir la elaboración de la distribución de dicha información, es asumir la propia consciencia de lo que se es y de lo que se hace –Hasta cierto punto- las divisiones de lo que es obra, artista y observador, se dilatan, puesto que el objeto artístico es a la vez cada mapa y su totalidad, y en ese sentido el artista es solo en cuanto el generador de un proceso, mas no de un objeto cargado de significados arquetípicos o legitimadores, si no que, el objeto como tal desaparece o es irrelevante en el sentido de unicidad, al contrario, la importancia se acerca mas a la información y a la manera como dicha información se va elaborando y asumiendo en cada aspecto que toca al proceso central.
lunes, 6 de octubre de 2008
muerte de la muerte
La percepción de un destello de luz desencadena un sin fin de lecturas. La maquina de la mente humana recoge toda esa información y paso a paso, explica a todo lo demás lo que significa dicho destello, y genera entonces, una ilusoria explicación topográfica de lo que el exterior ofrece, permitiéndonos interactuar con el entorno. Pero no contenta con construir la realidad, también se permite cegarnos. La mente esta dotada también de la posibilidad de la emoción, de revestir de significaciones aparentemente mucho mas profundas a las cuestiones más mundanas. Ni bueno ni malo, un método de perpetración de la especie.
¿Amarían sin sus preciados destellos cegadores? Claro que no. Todo lo que rodea a dichos procesos es ilusión, es una bruma que encierra a cada individuo en una burbuja distinta, en una realidad aparente que cada quien hace a su antojo, algunas veces, en colectividad. Más no hay ningún mundo de las ideas, ni ningún mundo real. Todo esta aquí, en nosotros, y en la mente.
Con otros estímulos, la mente construiría otra visión de la realidad. Con otro entorno, la mente proyectaría otra imagen de nosotros mismos. Con la llegada de un nuevo mundo, no habría nada de lo que conocemos, y todo el misticismo del amor y demás caprichos se desvanecería pedazo a pedazo para siempre.
Esto significa que no tenemos límites. Significa que la mentira y el engaño son potencialmente, todo. Significa que la construcción de un proceso de pensamiento, que es la esencia del arte, no esta supeditado a nada, y a la vez, depende de todo. Pero es la consciencia de lo que decidamos que es verdad lo que cuenta.
Venga a nosotros la inmaterialidad, y venga a su vez, su rematerializacion, allá y acullá, por todas partes, ni arriba ni abajo, imperecedero movimiento, explosión e implosión potenciadas al infinito.
jueves, 3 de julio de 2008
La puerta.
Crear
jueves, 26 de junio de 2008
El asesino.
El asesino.
Sin más precio que una botella llena de un líquido rojizo, precioso, la cabeza de John permanecía sobre la mesa. El estaba sentado a un lado, con su rostro oculto tras una pañoleta blanca y negra, moviendo con impaciencia su bien afilada daga sobre el suelo.
¿Qué más podría pedir? Se preguntaba. Aquella cabeza cercenada, inmoral, expuesta sobre la enorme madera de roble, tal vez valdría más que la botella que se le prometió. Lo que contenía la botella, era un secreto.
Y aunque valioso, su contenido podría no ser suficiente respuesta a su trabajo. Mientras dejaba que su daga pendiera de un lado al otro, las puertas del reciento se abrieron. Un hombre viejo, obeso, de rostro desagradable, sudoroso y algo sucio, pero ataviado con ropajes costosos, era quien arribaba. Llevaba consigo una sola cosa: Una botella cuyo contenido no era visible.
¿Y bien, le has matado? – Vocifero el viejo. Sin más prisa, una sola seña con el dedo fue suficiente para enseñarle la cabeza, impúdica en su desnudez, sobre la mesa. El desagradable hombre corrió, contemplando con una morbosa fascinación aquel mórbido trofeo.
He estado pensándolo, y creo que no es suficiente con lo que me traes – Dijo una voz que oscurecía el ambiente con su densa y metódica vibración.
¿Qué dices? – Contesto el viejo revelando su avariciosa naturaleza. ¿Qué más podrías tú pedirme a mí? –
Existe algo, y tendrás que dármelo o no saldrás vivo de aquí –
¿Te has vuelto loco? – Contesto el mercader. ¿Qué demonios quieres, dinero, joyas, mujeres? ¿Qué es? … Dímelo y te lo daré –
El asesino, cuya majestuosa presencia intimidaba enormemente al que días antes le hubiese contratado, se levanto, moviéndose por el recinto. Miro al viejo de arriba abajo, contemplando su grotesca apariencia, y mientras lo hacia, dejaba salir una que otra muestra de burla.
Quiero, uno de tus ojos – Dijo sin pensarlo mas.
El viejo enmudeció momentáneamente. ¿Qué era lo que quería decir, realmente iba a arrancarle un ojo?
¿Pero que dices, porque quieres dejarme tuerto? –
¡Cállate! – Respondió el asesino. ¡Tú no me interesas! Pero tus ojos han visto algo que yo deseo enormemente. Y quiero satisfacer mi dolor consumiendo uno de tus ojos. ¡Agradece que no te exija los dos!
¡Estas demente! – Exclamo el mercader. ¿Piensas que dejare que me pongas un dedo encima? ¡Ni lo sueñes! Además, ¿Qué cosa podría haber visto yo, que tanto lo deseas? ¿No te gustaría que yo te brindara más bien, esa cosa que tanto quieres? -
Esa cosa, como la llamas, cerdo repugnante, es algo sobre lo que tu dinero no tiene poder alguno. Ahora, póstrate, te arrancare el ojo con un solo movimiento –
El asesino arremetió contra el viejo hombre, sin vacilaciones, hasta alcanzarlo, alzo en un rápido moviendo su larga y fina daga, dejando que esta proyectara una siniestra sombra sobre el rostro pálido y lastimero de su ahora victima. Antes de soltar la estocada que le otorgaría su preciado premio, permitió a su otrora socio producir unas ultimas palabras.
Dime que es, terrible asesino, y te aseguro que haré lo que sea para dártelo. Permíteme intentarlo, pues no quiero perder mi ojo ni exponerme al terrible dolor de tan aterradora pérdida. Dime, pon a prueba mi astucia, no te fallare, ¿Qué podría ser lo que, un poderoso guerrero como tu, desea? –
¿Guerrero? ¡Ja!... Soy un mercenario, un asesino, un desalmado. Sin embargo, tus chillidos me divierten. Así que, para agravar tu desesperación, te contare que es lo que deseo. Pero ahora, de no poder dármelo, te exigiré un mayor precio por la cabeza de tu enemigo –
Así pues, con la daga aun por lo alto, el sombrío caminante se dispuso a relatar su historia. El viejo hombre colgaba de su otra mano, temblando pero a la vez, un poco aliviado, por la oportunidad que se le presentaba.
…
John Serol era un antiguo capitán de la guardia de la ciudad. Sus amigos lo respetaban, su familia lo adoraba, y la ciudad entera parecía resarcir sus años de servicio.
Sin embargo, un mercader avaricioso y opulento, venido del norte, ansiaba con fuerza algo que el “poseía”. Evidentemente, el avariento, eres tú. Se de tu fama, y de lo que de ti se decía. Tu enorme riqueza, y tu afán de proporcionarte el placer de satisfacer cualquier deseo que te sobreviniera. Y finalmente, luego de algún tiempo en la ciudad, añoraste algo fuera de tu propio alcance.
¿Y qué podría estar más allá de tu dinero? Algo muy sencillo. Una mujer. La hija de John Serol. Y aquel gordo, sucio y traicionero burgués estaba dispuesto a pagar lo que fuera con tal de someterla a sus retorcidos caprichos. ¿Crees que no lo sabía? Pues lo se.
Fue así como termine sirviendo a un miserable. Así fue como, seguí a un buen hombre hasta su casa. Así fue como atravesé el corazón de su hijo cuando trato de defenderlo. Y así fue como, antes de terminar mi diabólica tarea, mi corazón a su vez fue atravesado, por el rostro dulce y luminoso que tu mismo deseaste.
Y fue así como, a pesar de sentir el impulso de desistir, me gane su odio, matando a su padre, y hurtando el cuerpo para traer aquí esta sanguinaria prueba. La cabeza del padre de la mujer que deseo. Porque, a diferencia de lo que pienses, mi trabajo no me desagrada. Siento un placer casi inigualable al dejar que el filo de mi acero se resbale con agresividad o con gentileza sobre la piel indefensa de una de mis victimas. Pero, tal vez para mi sorpresa, tantos años en soledad han cobrado una sencilla cuota. Me he enamorado de quien no será mía jamás por su propia voluntad. Y, para empeorar mi situación, no quiero forzarla a nada -
…
Entonces, ¿Qué harás para darme aquello que deseo? ¿Le ofrecerás el dinero que ya ha rechazado? Puesto que, ¿Qué mas podrías intentar, tu, sucio y cobarde? -
No tubo que pensarlo mucho. Era imposible lo que se le exigía, y esto se revelo enseguida en su decaído semblante. El miedo calo profundamente, hasta lo mas hondo de su alma, y el asesino lo supo.
Mientras el mercader intentaba inútilmente de zafarse de las manos de su terrible agresor, no pudo evitar, presa del horror, reírse a carcajadas. El asesino, sin inmutarse ante la rara reacción, sintió sin embargo, curiosidad.
¿Ríes ante la pavorosa muerte que se cierne sobre ti? – Sentencio con una burlona mueca, en respuesta a las burlas que a su vez le eran lanzadas. El mercader contuvo su risa, para lanzar una última y desafiante respuesta.
Aun cuando serás el más mortífero de los asesinos, has sido doblegado por una inocente niña. Me das lastima, y espero en muerte lograr lo que no podré en vida, y vengarme de ti, sucia alimaña –
Dicho esto, y lanzada aquella ultima y osada amenaza, la daga voraz comenzó a desgarrar sus carnes. Tan violenta era su hambre, atizada por la ira, que poco quedo de el, que fuese reconocible. El cuarto entero quedo lavado en sangre, y las vísceras del miserable burgués quedaron esparcidas por todas partes, matizando la escena. El asesino, habiendo apenas salpicado solo un poco de la sangre sobre si mismo, se sacudió los pellejos que le colgaban sobre la mano, y los jirones de carne que habían quedado a sus pies. Tomo los ojos, como había sido su deseo, y se bebió el contenido de la botella.
El elixir lo condujo a un estado alterado de su propia percepción. Entonces, tomo los ojos, y los devoro. Para alguien que se había pasado la vida cegando vidas, era un confortable ritual.
Y más dulce aun, sabiendo que esos ojos, habían contemplado con poderosa lujuria lo que el más amaba. En cierta forma, siento que me acercaron un poco más a ella –
Por mí.
Por mí,
Por mi eterna persecución
Por mi eterna condena
Por mi eterna humillación
Por mi eterno acoso
Por mi eterno irrespeto
Por mí perseguida ideología
Por mí perseguida religión
Por mis perseguidas palabras
Por mis perseguidos sueños
Por mis perseguidos anhelos
Por mis perseguidos suspiros
Por mis injustos jueces
Por mis terribles perseguidores
Por mis numerosos enemigos
A quienes nunca busque
A quienes nunca quise
A ellos, a ellas, estas palabras, que también serán acusadas, violentadas y hostigadas.
Sigan disparando
Sigan culpando
Sigan acechando
Sigan urdiendo
Sigan blasfemando
Sigan difamando
Sigan distorsionando
No me he rendido, no me rendiré. Supongo que esta es la guerra de nunca acabar, donde solo yo estoy condenado a perder. Moriré, no interesa. Seguiré, como ustedes siguen, no parare, la lucha continua, aquí no hay paz.
Salve reina de la penumbra
Salve madre de todos los sueños
Salve señora mía
Salve esperanza de los derrotados
Salve maestra de los afligidos
Salve oscuridad palpitante
Salve eterna venganza
Salve refugio del olvidado
Salve, la resistencia, la lucha, la no aceptación, la inconformidad, la nunca completa búsqueda de justicia; Salven, pues venceremos, con nuestra sangre sobre el suelo.
Cosas varias.
¿Qué hace una piedra en el suelo? ¿Estorba? ¿Finge? ¿Busca algo? ¿Busca otras piedras?
Claro que no. Una piedra solamente se dedica a existir. ¿Es existir una actividad?
Seguro. Que gran actividad. Existir. Existir que pesa, que no tiene sentido, no exclama, no huele, no se siente, no se toca.
Gran actividad aquella, la de existir. Sin saber nada, y sin quererlo.
Una piedra en el suelo.
Que gran mierda.
…
-Mira hacia allá, ¿que ves?
-Un hombre joven, mirando por la ventana.
-Eso no es un hombre, es una sombra.
-Eso no es una sombra, es un reflejo.
-Eso no es un reflejo, es un recuerdo.
-Eso no es un recuerdo, eso, no es nada.
-Ahí lo tienes, eso me interesa, no me interesa nada.
…
Y es esta la realidad de las cosas, la realidad, si es que es aprensible. Tanta gente. Demasiada, mucha. Es solo cuando se esta sumergido en la efímera presencia de una gran multitud, que se tiene la verdadera dimensión de esta situación. Es solo aquí, y solo ahora, así sabe, así se toca. En medio de tantos, solo hay ausencia. Es irónico tener a tantos rodeándolo todo, y estar completamente solo. Esta es la presencia, la otredad, la distancia, el absurdo. Mala suerte, decisiones equivocadas, quien sabe. Soledad, eso si, sin nada mas, esto es.